jueves, 29 de noviembre de 2012

A las barricadas 26/11, Primero la libertad 19/11







A las barricadas
contrainformación & agitación   
    
                                                      represión-género-tierra
                                                               lucha mundial por la libertad



           
lunes 21 hs por fm de la calle 87.9 
*bahía blanca
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 9ª 
emisión -  26 Noviembre 2012

Archivo de personas asesinadas por las fuerzas represivas del estado. CORREPI
Hambre y tortura en cárceles.
Encuentro de U.A.C. en San Juan
Represión en Bolivia. Carta de Henry
Texto "Sobre la pobreza sexual" Wilfull Desobediencie - "Unéte a la resistencia, enamorate" Crimethinc.

http://www.4shared.com/mp3/zlzo2RKq/A_LAS_BARRICADAS_26_11_12.html
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                        "PRIMERO LA LIBERTAD"

 UN PROGRAMA DE RADIO QUE TIENE COMO OBJETIVO LA LIBERTAD. EN CONTRA DE LO QUE NOS OPRIME, USANDO LA VOZ COMO ARMA PARA DECIR LO QUE PENSAMOS Y DISPARAR CUESTIONAMIENTOS DESTINADOS A DESESTABILIZAR LO ESTABLECIDO 

 
"A no hacer una cuestión de estar al día en política o en arte, en una o en muchas ciencias. Esas son otras cuestiones. La primera es tumbar esto: la tiranía y el tirano, y cuanto impide ser libre. Primero: la libertad."

 

TODOS LOS MARTES A LAS 22 hs

 POR RADIO LA TOSCA 95.1

 




Santa Rosa-La Pampa


Programa 34 19-11-2012: Poema: "Te regalé unas cuentas indias" de Juan Carlos Bustriazo Ortiz. Informe 2012 CORREPI, 3773 casos de asesinatos en manos del Estado. Organizaciones indígenas entregan petitorio. "Micromachismos" texto de Luis Bonino Mendez+poema "La Lola"Bolivia: comunidad amputará manos a ladrones reincidentes

Ninja

Inauguración sitio web. Ediciones Anarquistas.




Salud compas.
Con mucho agrado les damos a conocer nuestro nuevo sitio web, donde podrán encontrar nuestras ediciones y las ediciones de compañeros afines. Cualquier cosa no duden en ponerse en contacto con nosotros.

Salud.





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Editorial y distribuidora anarquista en México DF: www.edicionesanarquistas.net






Si queréis seguir siendo hombre, no seáis soldados; si no tenéis estómago para soportar las humillaciones, no vistáis el uniforme. Mas, si habéis cometido la imprudencia de vestirlo, y un día os encontráis en la situación de no poder conteneros bajo el peso de la indignación, ¡no insultéis ni golpéis a vuestros superiores!

Destripadlos: así habréis expiado vuestra falta."


JEAN GRAVE / La sociedad moribunda y la anarquía / 1893.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Micro Radial de Alfonsina Storni

 Alfonsina Storni

 

http://www.4shared.com/mp3/TezQs_2h/2_micro_de_la_voz-ALFONCINA_ST.html

La autora

La familia Storni -el padre de Alfonsina y varios hermanos mayores- llegó a la provincia de San Juan desde Lugano, Suiza, en 1880. Fundaron una pequeña empresa familiar, y años después, las botellas de cerveza etiquetadas «Cerveza Los Alpes, de Storni y Cía», circulan por toda la región. Los padres de Alfonsina viajaron a Suiza en el año 1891, junto con sus dos pequeños hijos. En 1892, el 29 de mayo, nació en Sala Capriasca Alfonsina, la tercera hija del matrimonio Storni. Llevó el nombre del padre, de un padre melancólico y raro. Más tarde le diría a su amigo Fermín Estrella Gutiérrez: «me llamaron Alfonsina, que quiere decir dispuesta a todo».

Alfonsina aprendió a hablar en italiano, y en 1896 vuelven a San Juan, de donde son sus primeros recuerdos. «Estoy en San Juan, tengo cuatro años; me veo colorada, redonda, chatilla y fea. Sentada en el umbral de mi casa, muevo los labios como leyendo un libro que tengo en la mano y espío con el rabo del ojo el efecto que causo en el transeúnte. Unos primos me avergüenzan gritándome que tengo el libro al revés y corro a llorar detrás de la puerta». En 1901, la familia se trasladó nuevamente, esta vez a la ciudad de Rosario, un próspero puerto del litoral.

Paulina, la madre, abrió una pequeña escuela domiciliaria, y pasa a ser la cabeza de una familia numerosa, pobre y sin timón. Instalaron el «Café Suizo», cerca de la estación de tren, pero el proyecto fracasó. Alfonsina lavaba platos y atendía las mesas, a los diez años. Las mujeres comenzaron a trabajar de costureras. Alfonsina decide emplearse como obrera en una fábrica de gorras. En 1907 llega a Rosario la compañía de Manuel Cordero, un director de teatro que recorría las provincias. Alfonsina reemplaza a una actriz que se enferma. Esto la decide a proponerle a su madre que le permita convertirse en actriz y viajar con la compañía. Recorre Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Santiago del Estero y Tucumán. Después dirá que representó Espectros, de Ibsen, La loca de la casa, de Pérez Galdós, y Los muertos, de Florencio Sánchez.

En sus cartas al filólogo español don Julio Cejador Alfonsina resume algunos momentos de su vida. Refiriéndose a esta época, le dirá: «A los trece años estaba en el teatro. Este salto brusco, hijo de una serie de casualidades, tuvo una gran influencia sobre mi actividad sensorial, pues me puso en contacto con las mejores obras del teatro contemporáneo y clásico (…). Pero casi una niña y pareciendo ya una mujer, la vida se me hizo insoportable. Aquel ambiente me ahogaba. Torcí rumbos…». Luego, en un reportaje de la revista El Hogar, contará que al regresar escribió su primera obra de teatro, Un corazón valiente, de la que no han quedado testimonios.

Cuando volvió a Rosario se encuentra con que su madre se ha casado y vive en Bustinza. La poeta decide estudiar la carrera de maestra rural en Coronda, y allí recibe su título profesional. Gana un lugar sobresaliente en la comunidad escolar, consigue un puesto de maestra y se vincula a dos revistas literarias, Mundo Rosarino y Monos y Monadas. Allí aparecen sus poemas durante todo ese año, y si bien no hay testimonio de ellos, sí sabemos de otros publicados al año siguiente en Mundo Argentino, y que tienen resonancias hispánicas.

Poeta en Buenos Aires

Al terminar el año de 1911, decide trasladarse a Buenos Aires. «En su maleta traía pobre y escasa ropa, unos libros de Darío y sus versos». Así, con nostalgia, evoca su hijo Alejandro la llegada. Pobre equipaje para enfrentarse con una ciudad que estaba abierta al mundo, con las expectativas puestas en esa inmigración que traería nuevas manos para producir y nuevas formas de convivencia. El nacimiento de su hijo Alejandro, el 21 de abril de 1912, define en su vida una actitud de mujer que se enfrenta sola a sus decisiones. Trabaja como cajera en la tienda «A la ciudad de México», en Florida y Sarmiento. También en la revista Caras y Caretas.

Su primer libro, La inquietud del rosal, publicado con grandes dificultades económicas, apareció en 1916. En un homenaje al novelista Manuel Gálvez, por primera vez en Buenos Aires, en esta clase de reuniones, aparece Alfonsina recitando con aplomo sus propios versos. En junio de 1916, aparece en Mundo Argentino un poema titulado «Versos otoñales». Aunque los versos son apenas aceptables, sorprende su capacidad de mirarse por dentro, que por entonces no era común en los poetas de su generación.

Al mirar mis mejillas, que ayer estaban rojas
He sentido el otoño; sus achaques de viejo
Me han llenado de miedo; me ha contado el espejo
Que nieva en mis cabellos mientras caen las hojas.

Sus amigos los poetas modernistas

Amado Nervo, el poeta mejicano paladín del modernismo junto con Rubén Darío, publica sus poemas también en Mundo Argentino, y esto da una idea de lo que significaría para ella, una muchacha desconocida, de provincia, el haber llegado hasta aquellas páginas. En 1919 Nervo llega a la Argentina como embajador de su país, y frecuenta las mismas reuniones que Alfonsina. Ella le dedica un ejemplar de La inquietud del rosal, y lo llama en su dedicatoria «poeta divino». Vinculada entonces a lo mejor de la vanguardia novecentista, que empezaba a declinar, en el archivo de la Biblioteca Nacional uruguaya hay cartas al uruguayo José Enrique Rodó, otro de los escritores principales de la época, modernista autor de Ariel y de Los motivos de Proteo, ambos libros pilares de una interpretación de la cultura americana. El uruguayo escribía, como ella, en Caras y Caretas y era, junto con Julio Herrera y Reissig, el jefe indiscutido del nuevo pensamiento en el Uruguay. Ambos contribuyeron a esclarecer los lineamientos intelectuales americanos a principios de siglo, como lo hizo también Manuel Ugarte, cuya amistad le llegó a Alfonsina junto con la de José Ingenieros.

Su voluntad no la abandona, y sigue escribiendo. En mejores condiciones publica El dulce daño, en 1918. El 18 de abril de 1918 se le ofrece una comida en el restaurante Génova, de la calle Paraná y Corrientes, donde se reunía mensualmente el grupo de Nosotros, y en esa oportunidad se celebra la aparición de El dulce daño. Los oradores son Roberto Giusti y José Ingenieros, su gran amigo y protector, a veces su médico. Alfonsina se está reponiendo de la gran tensión nerviosa que la obligó a dejar momentáneamente su trabajo en la escuela, pero su cansancio no le impide disfrutar de la lectura de su «Nocturno», hecha por Giusti, en traducción al italiano de Folco Testena

También en 1918 Alfonsina recibe una medalla de miembro del Comité Argentino Pro Hogar de los Huérfanos Belgas, junto con Alicia Moreau de Justo y Enrique del Valle Iberlucea. Años atrás, cuando empezó la guerra, Alfonsina había aparecido como concurrente a un acto en defensa de Bélgica, con motivo de la invasión alemana. Comienzan sus visitas a la ciudad de Montevideo, donde hasta su muerte frecuentará amigos uruguayos. Juana de Ibarbourou lo contó años después de la muerte de la poetisa argentina: «En 1920 vino Alfonsina por primera vez a Montevideo. Era joven y parecía alegre; por lo menos su conversación era chispeante, a veces muy aguda, a veces también sarcástica. Levantó una ola de admiración y simpatía… Un núcleo de lo más granado de la sociedad y de la gente intelectual la rodeó siguiéndola por todos lados. Alfonsina, en ese momento, pudo sentirse un poco reina».

La amistad de Quiroga, el escritor de la selva

En 1922, Alfonsina ya frecuentaba la casa del pintor Emilio Centurión, de donde surgiría posteriormente el grupo Anaconda. Allí conoció, seguramente, al escritor uruguayo Horacio Quiroga, que había llegado de su refugio en San Ignacio, Misiones, durante el año 1916. Su personalidad debió atraer a Alfonsina. Un hombre marcado por el destino, perseguido por los suicidios de seres queridos, que, además, se había atrevido a exiliarse en Misiones, e intentado allí forjar un paraíso. En 1922, era ya el autor de sus libros más importantes, Cuentos de la selva, Anaconda, El desierto. Vivía modestamente de sus colaboraciones en diarios y revistas y desempeñó un papel protagónico en el intento de profesionalizar la escritura. Alfonsina había publicado sus libros Irremediablemente (1919) y Languidez (1920).

La amistad con Quiroga fue la de dos seres distintos. Cuenta Norah Lange que en una de sus reuniones, adonde iban todos los escritores de la época, jugaron una tarde a las prendas. El juego consistió en que Alfonsina y Horacio besaran al mismo tiempo las caras de un reloj de cadena, sostenido por Horacio. Este, en un rápido ademán, escamoteó el reloj precisamente en el momento en que Alfonsina aproximaba a él sus labios, y todo terminó en un beso. Quiroga la nombra frecuentemente en sus cartas, sobre todo entre los años 1919 y 1922, y su mención la destaca de un grupo donde había no sólo otras mujeres sino también otras escritoras. Sin embargo, cuando Quiroga resuelve irse a Misiones en 1925, Alfonsina no lo acompaña. Quiroga le pide que se vaya con él y ella, indecisa, consulta con su amigo el pintor Benito Quinquela Martín. Aquél, hombre ordenado y sedentario, le dice: «¿Con ese loco? ¡No!».

Un nuevo camino para la poesía

En el año 1923, la revista Nosotros, que lideraba la difusión de la nueva literatura argentina, y con hábil manejo formaba la opinión de los lectores, publicó una encuesta, dirigida a los que constituyen «la nueva generación literaria». La pregunta está formulada sencillamente: «¿Cuáles son los tres o cuatro poetas nuestros, mayores de treinta años, que usted respeta más?».

Alfonsina Storni tenía en ese entonces treinta y un años recién cumplidos, es decir, que apenas bordeaba la cifra exigida para constituirse en «maestro de la nueva generación». Su libro Languidez, de 1920, había merecido el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura, lo que la colocaba muy por encima de sus pares. Muchas de las respuestas a la encuesta de Nosotros coinciden en uno de los nombres: Alfonsina Storni.

Mil novecientos veinticinco fue el año de la publicación de Ocre, un libro que marca un cambio decisivo en su poesía. Desde hace dos años es profesora de Lectura y declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas, y su postura como escritora está absolutamente afianzada entre el público y sus iguales. Por aquella época muere José Ingenieros, y esto la deja un poco más sola.

Hasta la casa de la calle Cuba llega una tarde la chilena Gabriela Mistral. El encuentro debió ser importante para la chilena, ya que publicó su relato ese año en El Mercurio. Llamó por teléfono a Alfonsina antes de ir, y le impresionó gratamente su voz, pero le habían dicho que era fea y entonces esperaba una cara que no congeniara con la voz. Por eso cuando la puerta se abre pregunta por Alfonsina, porque la imagen contradice a la advertencia. «Extraordinaria la cabeza, recuerda, pero no por rasgos ingratos, sino por un cabello enteramente plateado, que hace el marco de un rostro de veinticinco años». Insiste: «Cabello más hermoso no he visto, es extraño como lo fuera la luz de la luna a mediodía. Era dorado, y alguna dulzura rubia quedaba todavía en los gajos blancos. El ojo azul, la empinada nariz francesa, muy graciosa, y la piel rosada, le dan alguna cosa infantil que desmiente la conversación sagaz y de mujer madura». La chilena queda impresionada por su sencillez, por su sobriedad, por su escasa manifestación de emotividad, por su profundidad sin trascendentalismos. Y sobretodo por su información, propia de una mujer de gran ciudad, «que ha pasado tocándolo todo e incorporándoselo» (1).

El 20 de marzo de 1927 se estrena su obra de teatro, que despertaba las expectativas del público y de la crítica. El día del estreno asistió el presidente Alvear con su esposa, Regina Pacini. Al día siguiente la crítica se ensañó con la obra, y a los tres días tuvo que bajar de cartel. El diario Crítica tituló «Alfonsina Storni dará al teatro nacional obras interesantes cuando la escena le revele nuevos e importantes secretos». La escritora se sintió muy dolida por su fracaso, y trató de explicarlo atribuyéndole la culpa al director y a los actores.

Años de equilibrio

Alfonsina intervino en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores y su participación en el gremialismo literario fue intensa. En 1928 viajó a España en compañía de la actriz Blanca de la Vega, y repitió su viaje en 1931, en compañía de su hijo. Allí conoció a otras mujeres escritoras, y la poeta Concha Méndez le dedica algunos poemas. En 1932, publicó sus Dos farsas pirotécnicas: Cimbelina y Polixene y la cocinerita. Está tranquila, colabora en el diario Crítica y en La Nación; sus clases de teatro son la rutina diaria, y su rostro empieza a cambiar. Las canas cubren su cabeza y le dan un aire diferente.

En 1931, el Intendente Municipal nombró a Alfonsina jurado y es la primera vez que ese nombramiento recae en una mujer. Alfonsina se alegra de que comiencen a ser reconocidas las virtudes que la mujer, esforzadamente, demuestra. «La civilización borra cada vez más las diferencias de sexo, porque levanta a hombre y mujer a seres pensantes y mezcla en aquel ápice lo que parecieran características propias de cada sexo y que no eran más que estados de insuficiencia mental. Como afirmación de esta limpia verdad, la Intendencia de Buenos Aires declara, en su ciudad, noble la condición femenina», afirma Alfonsina en un diario al referirse a su designación.

En la Peña del café Tortoni conoció a Federico García Lorca, durante la permanencia del poeta en Buenos Aires entre octubre de 1933 y febrero de 1934. Le dedicó un poema, «Retrato de García Lorca», publicado luego en Mundo de siete pozos (1934). Allí dice: «Irrumpe un griego /por sus ojos distantes (…). Salta su garganta /hacia afuera /pidiendo /la navaja lunada /aguas filosas (…). Dejad volar la cabeza, /la cabeza sola /herida de hondas marinas /negras…».

El 20 de mayo de 1935 Alfonsina fue operada de un cáncer de mama.

En 1936 se suicida Horacio Quiroga y ella le dedicó un poema de versos conmovedores y que presagian su propio final:

Morir como tú, Horacio, en tus cabales,
Y así como en tus cuentos, no está mal;
Un rayo a tiempo y se acabó la feria…

Allá dirán.
Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte
Que a las espaldas va.
Bebiste bien, que luego sonreías…
Allá dirán.

El final

El veintiséis de enero de 1938, en Colonia, Uruguay, Alfonsina recibe una invitación importante. El Ministerio de Instrucción Pública ha organizado un acto que reunirá a las tres grandes poetisas americanas del momento, en una reunión sin precedentes: Alfonsina, Juana de Ibarbourou y Gabriela Mistral. La invitación pide «que haga en público la confesión de su forma y manera de crear». Tiene que prepararse en un día y, llena de entusiasmo, escribe su conferencia sobre una valija que ha puesto en las rodillas. Divertida, encuentra un título que le parece muy adecuado: «Entre un par de maletas a medio abrir y las mancillas del reloj».

Hacia mitad de año apareció Mascarilla y trébol y una Antología poética con sus poemas preferidos. Los meses que siguen fueron de incertidumbre y temor por la renuencia de la enfermedad. El 23 de octubre viajó a Mar del Plata y hacia la una de la madrugada del martes veinticinco Alfonsina abandonó su habitación y se dirigió al mar. Esa mañana, dos obreros descubrieron el cadáver en la playa. A la tarde, los diarios titulaban sus ediciones con la noticia: «Ha muerto trágicamente Alfonsina Storni, gran poetisa de América». A su entierro asistieron los escritores y artistas Enrique Larreta, Ricardo Rojas, Enrique Banchs, Arturo Capdevila, Manuel Gálvez, Baldomero Fernández Moreno, Oliverio Girondo, Eduardo Mallea, Alejandro Sirio, Augusto Riganelli, Carlos Obligado, Atilio Chiappori, Horacio Rega Molina, Pedro M. Obligado, Amado Villar, Leopoldo Marechal, Centurión, Pascual de Rogatis, López Buchardo.

El 21 de noviembre de 1938, el Senado de la Nación rindió homenaje a la poeta en las palabras del senador socialista Alfredo Palacios. Este dijo:

«Nuestro progreso material asombra a propios y extraños. Hemos construido urbes inmensas. Centenares de millones de cabezas de ganado pacen en la inmensurable planicie argentina, la más fecunda de la tierra; pero frecuentemente subordinamos los valores del espíritu a los valores utilitarios y no hemos conseguido, con toda nuestra riqueza, crear una atmósfera propicia donde puede prosperar esa planta delicada que es un poeta».

(Tomado del Proyecto Cervantes)

Entrevista a Leticia Martin, poeta que publica su primera novela...kapaz te sirve kbxa!!!


Entrevista a Leticia Martin, poeta que publica su primera novela

Por (reenvio) J.M.C. - Wednesday, Nov. 21, 2012 at 4:04 AM

Vecina de Almagro, poeta, crítica y amante del teatro independiente. Este año, con la publicación de Breviario o el oficio religioso y la pronta salida de su primera novela, El Gusto, Leticia Martin, tal como sus creaciones tipográficas, atraviesa un periodo creativo para seguir bien de cerca. Charla y reflexiones, con yapa anecdótica del Abasto, de esta "militante de la literatura".

-Aparte de poesía hacés crítica teatral. ¿Cómo es la experiencia de comentar lo teatral desde tu perspectiva?
-El teatro me gusta. Sobre todo leerlo. Veo muchas obras, escribí mi tesina de grado sobre el teatro independiente y a partir de esa experiencia, y de mi paso por Timbre4, comencé a trabajar el género. A decir verdad Celia Dosio me ofreció publicar en su medio http://www.elcircuitodeteatro.com.ar las críticas y reseñas que escribiera y eso terminó de entusiasmarme. La crítica es un género interesante, nada simple, y la práctica de ir a ver teatro me sirve mucho para pensar las historias, los modos en que se narran y las temáticas que está visibilizando el teatro independiente, que es el teatro que más me interesa.

-¿Cuánto peso tiene el oficio y cuánto el talento a la hora de escribir?
-No pienso en términos de talento. No creo que sirva hacerse esa pregunta. Voy para adelante todo el tiempo. Hago lo que me da placer. Si se me cierra una puerta, abro otra. Creo que escuchar el deseo propio en un mundo de deseos fabricados por otros es el único camino genuino para crear. Siempre le digo a mis alumnos que todos podemos tener talento para lo que nos propongamos hacer y que una obra es mejor que otra de acuerdo al amor y al tiempo que se puso sobre ella.

-¿Cómo es el proceso previo a escribir? ¿Das muchas vueltas? ¿Tus borradores son caóticos?
-Escribo de mañana. Mientras hago la chocolatada a mis hijos y preparo sus viandas para el cole voy llevando a la cocina la compu, el mate, los libros y los apuntes. Me baño temprano para tener todo listo cuando regreso de llevarlos a la escuela. De ese modo le exprimo al día las mejores horas. Claro que a veces me embalo y escribo a la noche, o los fines de semana, o anoto alguna idea durante la tarde, en el trabajo. Pero si no hice rendir la mañana es dudoso que ese día sea un buen día.

-¿Qué escritores contemporáneos tuyos rescatás?
-Me gusta como escriben Guillermo Saccomanno y Abelardo Castillo. Hice taller con ambos; pero no fueron buenos docentes para mí. Cuando comencé taller con Juan Diego Incardona se me desató la mano. Abrí mi blog http://www.cadadiafaltamenos.blogspot.com y empecé la cuenta regresiva. Después encontré en un mesón Lejos de Berlín de Juan Terranova y leí la solapa. 1975, mi categoría, dije. Y me dio envidia cómo un pibe de mi edad podía tener tanta obra, tan bien escrita, así que leí todo lo suyo y empecé taller con él. Ésa es mi línea. Te leo y si me rompés la cabeza te voy a robar los secretos. Nunca sé si voy a poder, pero lo intento. Lo mismo hice con Pedro Mairal, que para mí es ÉL narrador-poeta, o poeta-narrador de nuestra época. Si Leonardo Oyola diera talleres estaría firme anotando lo que diga. Siento que esta generación entendió que el límite entre poesía y narración es difuso y trabaja en esos grises. Ahí me quiero encolumnar.

-En una nota comentabas sobre "empezar" a sentirte escritora.¿Es un proceso ya concluido o sentís que es un proceso continuo?
-Yo siempre digo que escribo. Escribir es un verbo, una acción que realizo y que nadie puede negarme. Mi práctica es esa y la ejerzo. Cuando se habla del "ser" entran en juego un montón de otras cuestiones. ¿Quién es escritor? ¿El que se siente? ¿El que lo dice? ¿El que trascendió? ¿El que vende libros? ¿El que publica? No me interesa entrar en esa línea de pensamientos. Me quita más de lo que me da. Por eso no digo que "soy" escritora, o poeta, o crítica. Simplemente voy ejerciendo de acuerdo a mis necesidades y deseos las prácticas que me dan felicidad. Soy una persona que trabaja. Una militante de la literatura, como dice Incardona.

-Aparte de libros que te influyeron, qué otras manifestaciones (cuadros, música, etc.) influyeron o influyen en vos?
-El teatro ha sido una gran escuela para mí. Claudio Tolcachir es un dramaturgo y director increíble. Tiene una sensibilidad de otro planeta, sabe transmitir todo lo que tiene y es muy generoso con lo que sabe. Además es un gestor apasionado que siempre impulsa a los demás a hacer lo suyo. El teatro abrió muchísimas posibilidades expresivas en mi persona. Pero el teatro, para mí es lo que enseña Tolcachir, no cualquier otra cosa.

-En la misma entrevista resaltás la frase "Historias que no venden nada":¿Qué sentís que reivindica?
-Esa frase es en verdad el nombre de una antología compilada por Jorge Ponce Betti que se publicó en 201o a beneficio de un jardín de infantes. Nadie ganó un peso. Ni los ilustradores, ni la imprenta, ni los escritores, ni el Malba que prestó sus instalaciones para la presentación. Nadie. Fue un esfuerzo mancomunado de un loquito como es Jorge, que cree en el bien común más allá del esfuerzo individual.

-Hablás sobre tu primera publicación con cariño. ¿Qué hay con las demás?
-La comparación de un libro con un hijo es una estafa enorme. Lo único que hay en común entre esas dos entidades que salen de uno, es el amor. El mes próximo sale El gusto, mi primera novela. No sé cómo será recibida, ni qué van a leer quienes me hagan el honor. Pero algo sí sé, y es que a mí me rescató escribirla.

-¿Sentís que hubo muchos cambios en vos, en tus búsquedas personales?
-Cambiar es un aspecto de la superación. Espero que sí. Espero estar y seguir cambiando.

-¿Cuáles son los temas que más te inspiran a la hora de escribir?
-Me interesa lo cotidiano, contar mi época, el amor y la neurosis obsesiva.

-¿Vos vivías en Almagro, no? ¿Hace mucho que vivís ahí?
-Nací en de Lomas del Mirador y, como digo siempre insistiendo sobre los límites, nací diez cuadras al otro lado de la General Paz. El Oeste es una herida en la piel. No hace falta tatuarse. Crecer en el conurbano deja marcas, educa la sensibilidad de determinada manera. Yo tengo una imagen dolorosa del mundo que no quiero olvidarme, un poco porque soy eso y otro poco porque eso quisiera cambiar. Desde el 1998 vivo en Almagro. Me gusta mucho el barrio y de acá no pienso moverme.

-Como la revista es de la zona de Abasto, te pregunto si tenés alguna anécdota, dato o reflexión sobre la zona.
-Un jefe gordo y millonario manda a una chica de 20 años a pagar una factura vencida a Nextel, en Palestina y Rocamora. La chica del conurbano sube al subte B con una guía Filcar en la mano y se baja en Medrano. Camina unas cuadras. Le gustan los árboles de esa avenida no tan bulliciosa como Corrientes. Cuando el trámite termina la chica anota el teléfono de un departamento. Es el único teléfono que anota en un barrio que no queda en La Matanza. Es un barrio que no conoce. Es un salto a la nada que elige por ella el azar, esa factura vencida de Nextel. Es el único teléfono donde la atienden.

fuente: revista El Abasto 149 http://www.revistaelabasto.com.ar/149-vecina-poeta-Leticia-Martin.htm



uniendo  fuerxas...
   SABADOS DESDE LAS 18HS por fm GENTE DE RADIO 90.3 mhz y en www.uniendofuerxas.blogspot.com uniendofuerxas@yahoo.com.ar
"...
para que la palabra,cobre vida."

domingo, 18 de noviembre de 2012

MICRO RADIAL-Olga Orozco



Olga Orozco (Olga Nilda Gugliotta Orozco, Toay, La Pampa, 17 de marzo de 1920- 15 de agosto de 1999) fue una poeta argentina.
Formó parte de la generación «Tercera Vanguardia» de marcada tendencia surrealista, y basó su producción poética en la influencia que en ella ejercieran San Juan de la Cruz, Rimbaud, Nerval, Baudelaire, Milosz y Rilke. Lo más importante de su producción se encuentra en los poemarios, de alguna manera prolongados en un libro de prosas poéticas narrativas: La oscuridad es otro sol (1967).
Olga Orozco se caracteriza por una inteligencia sutil que le permite una extraordinaria capacidad para recurrir a los tropos —una característica suya es el uso frecuente y logrado que hace del oxímoron—; también sabe hacer uso de versículos en los que desarrolla una especial y visionaria imaginación pródiga en expresiones, siendo sus temas frecuentes la evocación de la niñez, que asimila con la época del paraíso perdido, la adolescencia - época de la develación - o, en última instancia, el recurso de la memoria en donde el tiempo parece a resguardo y recuperable ante la muerte.

viernes, 9 de noviembre de 2012

A las barricadas - programa 29 oct

A las barricadas
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5ª emisión  29 de octubre de 2012

* 6 años del asesinato de Otoño Uriarte en Cipolleti, trata de mujeres -      Prostitución.
* Marcha contra minera Vale en bahía blanca.
* Carta de Mario López, compa encarcelado y herido en México.
* Texto
"Ai ferri corti, contra lo existente, sus defensores y sus falsxs críticxs"